martes, 12 de enero de 2010

BARTOLOMÉ HERRERA Y SU TIEMPO

Fernán Altuve-Febres Lores (Compilador) Bartolomé Herrera y su tiempo (Actas del congreso conmemorativo del bicentenario del natalicio de Bartolomé Herrera 1808-2008), Sociedad Peruana de Historia, Editorial Quinto Reino, Lima 2010, 277 pp

Saludamos la publicación de las actas del congreso conmemorativo del bicentenario del natalicio de Bartolomé Herrera 1808-2008 en agosto del 2008. Recoge todos los discursos y ponencias pronunciadas o preparadas para el evento. Yo me fijé en su aspecto sacerdotal y les brindo la introducción de mi artículo.

Presentación: Vicente Ugarte del Pino abre el volumen con su discurso titulado"BH en su bicentenario" de quien entresacamos cómo nuestro protagonista destaca "la fe y el coraje" del carácter de BH, pero no sólo "en defensa de las instituciones sino sobre todo en defensa de los principios social católicos que siempre sostuvo hasta con riesgo de su propia vida" (p.5). A continuación viene el mensaje "El Perú español y cristiano" de S.A.R. Don Sixto de Borbón y Parma, y en tercer lugar "El apóstol de la peruanidad por Luis Giampietri Rojas".

Ponencias: Versan sobre la poliédrica figura del Maestro, su vida, su misión. BH, maestro, estadista y pastor por Mons. Javier del Río; Herrera como educador: La reforma del Convictorio de San Carlos, Ricardo Cubas; Patriotismo y devoción: La misión de Herrera en Roma, Giovanni Iannettone; BH, sacerdote, J.A. Benito (82-102); Herrera y los fundamentos teológicos de su actuación pública, Jorge Putnam; BH y la contrarrevolución, Miguel Ayuso Torres; La ascensión de BH, José Antonio Pancorvo; BH, traductor de Pinheiro Ferreyra, Domingo García Belaunde; BH y el krausismo, Raúl Chanamé; El pensamiento constitucional de BH, Ferna´na Altuve-Febres; Herrera: ¿un liberalismo aristárquico?; BH y su debate con los liberales, Roberto Katayama; Herrera y los hermanos Gálvez, José Francisco Gálvez; Las instituciones al Poder: El aporte de BH, Antonino Espinosa

Bibliografía sobre BH, Fernán Altuve-Febres

BARTOLOMÉ HERRERA, SACERDOTE[1]

El 24 de agosto del 2008, fiesta de San Bartolomé, se cumple el bicentenario del nacimiento de Bartolomé Herrera. Limeño, tan sólo gozó cinco años de sus padres Manuel José Herrera y Paula Vélez[2], pues murieron en 1813. El niño –al igual que su hermano- quedará bajo la custodia de su tío materno Luis Vélez, cura de Santa Ana. Alumno interno del Convictorio de San Carlos desde febrero de 1823, con sólo 15 años, estudia filosofía, matemáticas y teología, graduándose como maestro en Artes. Inclinado a la Jurisprudencia, acogió la orientación del rector de San Carlos, José Manuel Pedemonte de estudiar primero Teología. Todavía era cursante de teología, y con sólo 18 años de edad, cuando le dieron una cátedra de filosofía, en julio de 1827. Desde esta fecha hasta el año 1831, continuará enseñando filosofía y matemáticas. En 1828 se doctora en Teología en San Marcos.

Será por este tiempo cuando una crisis emocional estuvo a punto de cambiar su destino; efectivamente, se enamora de una joven N. Rueda, con quien decide contraer matrimonio. Lo sabemos por una carta que el Rector del Convictorio, José Manuel Pedemonte, con quien se entrevistó el propio Herrera para informarle de su decisión. El Rector, que tenía fundadas esperanzas en el alumno que consideraba como un hijo, le disuade y anima a que converse con el sacerdote Francisco de Paulo Eraso, canónigo teologal del cabildo de Lima:

"Colegio y octubre 30 de 1828. Mi apreciadísimo y estimado amigo: cabalmente he sabido que ayer fueron a pedir a Ud. Licencia para que el Sr. D. Bartolomé Herrera, maestro de este colegio, se case con doña N. Rueda. A este joven he hecho hoy ver el desatino que iba a hacer y me ha prometido suspenderlo y me dijo también que Ud. Había dicho me vería para hablarme sobre el particular: si esto segundo es cierto, suplico a Ud. Se mantenga en que es preciso verme. El joven, como digo, está determinado a suspenderlo y hablando yo con Ud. Se convencerá del desatino que iba a hacer. Páselo Ud. Bien y mande a su afmo. Servidor, amigo y capellán q.s.m.b. Manuel José Pedemonte" (Colección Vargas, Mss. 33)

En 1831 –con tan sólo 23 años- ejerce como vicerrector del Colegio de Minería y profesor de Matemáticas y Ciencias en Huánuco. Ordenado este mismo año –con dispensa de la Santa Sede- continúa los estudios de Derecho En 1833 regresa a Lima y funge como regente de Matemáticas, Teología y Artes en San Carlos hasta que en 1834 alcanza el doctorado en Derecho.

Como reconoce en su Testamento, desde 1834 fue cura de Cajacay (Cajatambo) y alrededores como Chancayan, Ruquia y otros tres pueblos En 1837 actúa como Secretario de la visita pastoral del Arzobispo Jorge Benavente y es nombrado cura de Lurín y Pachacamac. Aquí se relaciona con el militar José Rufino Echenique y es convocado a Lima por su arzobispo Pasquel. En este tiempo, fue canónigo y chantre de la Iglesia catedral de Lima. Posteriormente, es nombrado Rector del Colegio de S. Carlos, por espacio de 10 años, y procura "corresponder con todas mis fuerzas al beneficio de la educación". Simultanea esta labor con el compromiso en la vida pública; ejerce como diputado por Lima en 1849 y se convierte en el presidente de la cámara. Con el presidente Echenique será Ministro de Justicia y de Culto, así como Embajador del Perú ante la Santa Sede. En 1852 viaja a Roma para gestionar un concordato. En 1854 funda el semanario "El Católico". En 1857 vuelve a ser diputado. En 1859 fue nombrado obispo de Arequipa, donde ejerce un fecundo e intenso apostolado en los pocos años de vida ya que fallece el 10 de agosto de 1864, con tan solo 56 años[3].

Tras publicar un artículo acerca de la misión pastoral en Arequipa y otro sobre su impulso en la renovación del Perú, me detengo en el presente en su dimensión sacerdotal por considerarla nuclear y aglutinante de toda su misión[4]:

En el Archivo Arzobispal de Lima, sección "Ordenaciones" Legajo 117: 18 se encuentran varios documentos testimoniales referidos al momento en que se dispone a ser ordenado sacerdote. La tónica general es el apremiante deseo del joven Herrera que solicita de sus autoridades el permiso correspondiente para ordenarse sacerdote salvando los 10 meses que le quedan para la edad reglamentaria de 25 años según el Concilio de Trento. Se dirige al Rector de San Carlos, Dr. M.J. Pedemonte, así como a varios de sus compañeros para que le expidan "un documento que acredite mi buen comportamiento y regulares costumbres".

SACERDOTE TOTAL

Me detengo en su dimensión sacerdotal porque me parece que es la auténtica clave de su coherencia, de su unidad de vida sin fisuras. ".El Siervo de Dios, Juan Pablo II, nos da un cabal retrato del sacerdote que nos ofrece Herrera:

"Es en el misterio de la Iglesia, como misterio de comunión trinitaria en tensión misionera, donde se manifiesta toda identidad cristiana y, por tanto, también la identidad específica del sacerdote y de su ministerio. En efecto, el presbítero, en virtud de la consagración que recibe con el sacramento del Orden, es enviado por el Padre, por medio de Jesucristo, con el cual, como Cabeza y Pastor de su pueblo, se configura de un modo especial para vivir y actuar con la fuerza del Espíritu Santo al servicio de la Iglesia y por la salvación del mundo" [5]

La petición de Herrera manifiesta "que si desde mis primeros años apetecí abrazar el estado eclesiástico por una de aquellas inclinaciones que mueven al hombre a obrar natural y casi necesariamente; luego que puede usar de mi razón de un modo menos imperfecto, este deseo ha venido a ser confirmado por serias meditaciones. Yo sé que Dios ayuda al que quiere cumplir sus deberes, por esto no me arredran las cargas del estado y el desprecio seguro de los pretendidos filósofos no me hace vacilar. Espero que VSY interesado como nadie en el aumento del clero, se dignará admitirme al examen sinodal y dispensarme de la edad (porque aun no he cumplido los 22 años) para recibir la orden sagrada del Diaconado, atendiendo a la falta de obispo y a otras circunstancias que no pueden ocultarse a su vista perspicaz por lo que suplico me conceda la gracia que solicito y prometo presentar las informaciones de estilo como también probar y extender la congrua[6] que exigen los cánones" BH

La contestación de Mariano José Pedemonte, Rector del Convictorio de San Carlos, 5 de septiembre de 1829, nos ofrece una apreciación profética de nuestro protagonista: "Tengo la mayor satisfacción de verme precisado a acceder a la súplica del interesado. Es un joven cuyos pasos he seguido desde sus tiernos años en que ingresó a este convictorio y he admirado siempre una conducta superior a sus años y conforme al buen talento de que Dios le dotó y educación que recibió de sus padres. Ahora que anda en los 22 años de su edad, solicita entrar en el estado eclesiástico a que siempre ha aspirado y me prometo que la iglesia tendrá en él un sacerdote que edificará con su ejemplo e ilustrará con sus luces como lo vemos en este colegio en el que se halla de Maestro de Filosofía, matemáticas y Sagrada Teología y acreedor a obtener en él un empleo superior para el que necesita la mayor respetabilidad y la que conseguirá al menos con el sagrado orden del diaconado. Colegio S. Carlos".




[1] Jorge Guillermo Leguía redacta un buen artículo como prólogo a la edición de sus Escritos y discurso (1929). Otras obras: "Bartolomé Herrera. Educador y diplomático peruano" de Oscar Barrenechea R. (1947) y "Bartolomé Herrera, pensador político" de Agustín de Asís (1954). La más reciente corresponde a Jorge Putnam: "Fundamentos teológicos de la actuación pública de Bartolomé Herrera, 1808-1864" (2000), Ricardo Cubas: "Una visión católica de la historia del Perú. El pensamiento y la labor peruanista de Bartolomé Herrera" (2001).

[2] Certificado. Certifico yo el Infrascrito Teniente de los Curas Rectores de Señora Santa Ana que en un libro de papel común forrado en pergamino en que se sientan las partidas de Bautismo de españoles que empezaron a correr el año d 1803 y finalizó en 1815 (folio 168) con el tenor siguiente: "Partida: En esta Iglesia, a 20 de octubre de 1808, Don Antonio José Oyague, capellán militar, exorcicé, pulse óleo y crisma a Bartolomé de dos meses, cuatro días a quien por necesidad yo mismo bauticé, es hijo legítimo de don Manuel de herrera y de Rodríguez. Fue su padrino don Casaverde y lo firmé Dr, Antonio José Ollagüe. Santiago Astigarraga. Testigos: Agustín, Negrón y Félix Casaverde y lo firmé, Dr. Fdo. Pablo Chagaray, 16 de mayo de 1825

[3] Archivo Mercedario Arequipa Goyeneche. DOC 1794-1868, Leg. 7 F.74

[4] 2001.a. "Bartolomé Herrera, Maestro del Perú, Obispo de Arequipa" Revista del Archivo Arzobispal de Arequipa 5, Arequipa, pp.79-102. 2003.a "Bartolomé Herreran y la renovación del Perú" Revista de la Universidad Católica San Pablo Persona y Cultura Año 2, Núm.2, 88-99

[5] Pastores dabo vobis, n.12

[6] Congrua: Renta estipulada por las sinodales de cada diócesis para el que se ha de ordenar in sacris.

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